La vida de carroñero no es fácil. Esta hiena se las vio muy felices cuando se topó con un elefante muerto y comenzó a hincarle el diente por uno de los sitios de más fácil acceso: el ano. Como puedes ver en este vídeo de luz infrarroja, introdujo la cabeza por el orificio del proboscídeo para acceder a los intestinos y hacerse con un buen bocado cuando los gases producto de la descomposición le jugaron una mala pasada.
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