miércoles, 1 de junio de 2016

Convierten la resonancia magnética en una atracción divertida para los niños



El ingeniero Doug Dietz contemplaba orgulloso el último modelo de resonancia magnética que había diseñado para General Electric. Veía el aparato instalado en un hospital estadounidense, a punto de ser utilizado, pero su expresión cambió al toparse con la cara de pánico de la niña que iba a estrenarlo. Entonces, se agachó para colocarse a su altura, se fijó en su invento y en el entorno y cayó en la cuenta de cómo intimidaban, según informa la revista SALUDABLE n.º 7 de Muy Interesante.


En ese momento empezó a darle vueltas a la cabeza para convertir esa experiencia traumática en algo agradable para los niños. Pensó que lo mejor era aprovechar la fantasia infantil y transformar la visita al hospital en lo más parecido a un juego. Para ello se lanzó a decorar las salas y el aparato hasta convertirlos en un submarino, un barco pirata o una nave espacial. Así, hasta nueve escenarios distintos. La iniciativa se ha extendido por muchos hospitales del mundo, como el San Juan de Dios de Barcelona.


En las nuevas instalaciones, la expresión de terror de los pequeños desaparece, se muestran colaborativos y la sedación que necesitaba el 80% para tranquilizarse se reduce a un 5%. Dietz explica en sus conferencias que el mejor indicador del resultado fue la reacción de una niña que, tras la resonancia, fue corriendo hacia su madre para decirle con una sonrisa: “¿Mamá, podemos venir mañana?”


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