lunes, 13 de junio de 2016

¿Hay alimentos que nos dan asco de nacimiento?




Nariz arrugada, ojos cerrados, ceño fruncido, labio superior elevado, lengua fuera... Así es la expresión de nuestro rostro ante algo que nos repugna. Una cara acorde con la definición del asco como “repulsión ante la perspectiva de la incorporación oral de una sustancia perniciosa”, tal y como lo concibe Paul Rozin, psicólogo estadounidense experto en la relación de los humanos con la comida.
Cuenta la periodista Elena Sanz en la revista Preguntas y Respuestas n.º 36 de Muy Interesante que los bebés ponen esta cara cuando se les da algo amargo –como el café o el cacao puro–, un sabor que nos causa aversión innata porque se vincula a alcaloides tóxicos que podrían envenenarnos. También nacemos con un rechazo instintivo hacia los picantes demasiado intensos, como el del chile, fruto vegetal que contiene capsaicina. 

Esta es una sustancia natural destinada a disuadir a los mamíferos hambrientos. Así que hay alimentos que nos repugnan de nacimiento por razones de supervivencia. 

Sin embargo, los adultos beben cantidades ingentes de café y condimentan la comida con chile, y muchos disfrutan cuando les arde la boca con un potente picante. ¿Por qué? Por la exposición repetida a estos sabores y por lo que Rozin denomina masoquismo benigno: aprendemos a disfrutar de la sensación que nos producen.





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