jueves, 15 de octubre de 2015

“Imantar” el cerebro puede cambiar nuestro punto de vista sobre los inmigrantes y Dios


La corteza frontal medial posterior es una parte de nuestro encéfalo que, entre otras cosas, se encarga de evaluar las amenazas y de planificar las respuestas ante aquellas. Pues bien, manipulando la actividad de esta área cerebral, un equipo de neurólogos ha bloqueado su actividad en un grupo de voluntarios mediante estimulación magnética transcraneana (EMT), una técnica no invasiva que comenzó a utilizarse hace más de veinte años y que ha demostrado su eficacia en el tratamiento de enfermedades neuropsiquiátricas como la depresión grave, el estrés postraumático y el trastorno obsesivo-compulsivo. La EMT consiste en transferir al cerebro la energía de un campo magnético mediante un dispositivo de bobina aplicado a la cabeza del paciente. De este modo, se consigue produce una corriente eléctrica específicamente en zonas concretas del cerebro que permite aumentar o disminuir la excitabilidad de las neuronas, así como inducir cambios en la concentración de ciertos neurotransmisores. Según un estudio publicado en la revista Social Cognitive and Affective Neuroscience, la aplicación de la EMT en la mencionada zona de la corteza frontal hace que las personas se muestren más tolerantes hacia los inmigrantes que antes de la sesión y que su creencia en Dios sea menos sólida.

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