La increíble diversidad de la biología terrestre, desde la primera bacteria al Homo sapiens, se capta de un vistazo en esta ilustración. Para entrar en detalles y perderte por sus ramas, lee antes las siguientes instrucciones.
Hace ahora 156 años, el 24 de noviembre de 1859, apareció un
libro destinado a cambiar para siempre nuestra visión del mundo. En El origen
de las especies, un naturalista inglés llamado Charles Darwin postulaba que
seres humanos, monos, elefantes, besugos, anémonas, cucarachas, orquídeas,
helechos y amebas estaban conectados. Y que si nos remontábamos en la historia
natural del mundo llegaríamos a lo que los científicos denominan actualmente último
ancestro común universal, o LUCA, por sus siglas en inglés.
Como cuenta Pablo Colado en la revista Muy Interesante del mes de febrero, el gráfico que aparece sobre estas líneas permite apreciar la
trascendencia de la peligrosa idea de Darwin, como la calificó el filósofo de
la ciencia Daniel Dennett. Se trata de una herramienta educativa elaborada por
los responsables de la página web Evogeneao cuyo lema no es otro que este:
“La vida en la Tierra es una gran familia”.
Para navegar por este intrincado árbol genealógico, colócate
en la línea horizontal donde se sustenta, que representa la escala de tiempo
geológico. El centro, o casilla de salida, es el nacimiento de la Tierra, hace
unos 4.000 millones de años, y según te desplaces a la derecha o a la izquierda
te acercarás a la actualidad. Cada momento del pasado parte de esta base y
traza una curva que puedes seguir con el dedo. Así, en el arco exterior están
todos los seres vivos que existen hoy, aunque la biodiversidad –en comparación
con otras épocas– también se ha magnificado por motivos didácticos. Con estas
indicaciones ya puedes ponerte a buscar ancestros comunes en el laberinto de
ramificaciones o, simplemente, quedarte pasmado ante el gran espectáculo de la
vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario