La Administración de Medicamentos y Alimentos de EE. UU.
(FDA) ha propuesto que los fabricantes de cabinas de bronceado adviertan de los
riesgos que entraña su uso, igual que ocurre con el tabaco, y que se fijen los
dieciocho años como edad mínima para utilizarlas. Según la Academia
Estadounidense de Dermatología, la probabilidad de que los usuarios habituales
desarrollen un melanoma se incrementa un 59 %, señala la revista Muy Interesante n.º 418 del mes de marzo.
La propuesta está en línea con las recomendaciones de la
Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, que forma parte de la
OMS. Esta organización ya incluyó el bronceado artificial entre los factores
causantes de cáncer. Lo situó en el primer grupo de carcinógenos, y equiparó
los efectos de los rayos UV sobre la piel a los que produce el tabaco en los
pulmones.
Australia, el país del mundo con más incidencia de melanoma,
prohibió de inmediato su uso, y otros países como Brasil se sumaron a la
medida. La Academia Española de Dermatología y Venereología apunta que una de
las causas del crecimiento del melanoma en nuestro país en los últimos años es
la proliferación de cabinas.
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