lunes, 12 de octubre de 2015
Zumo de remolacha contra el mal de altura
Desde que los seres humanos comenzaron a escalar las montañas más altas del mundo, siempre han tenido que enfrentarse a un mismo problema: el mal agudo de montaña (MAM), conocido coloquialmente como mal de altura. Causado por la falta de adaptación del organismo a la hipoxia, esto es, la falta de oxígeno, a elevadas alturas, el trastorno se manifiesta por mareos, cefaleas, nerviosismo, ritmo cardiaco elevado e hipotensión, entre otros síntomas. Estos hacen acto de presencia normalmente desde los 2.400 metros de altitud hasta la denominada zona de la muerte, a 8.000 metros.
Como dice el actor Jason Clarke en la película Everest (2015), en el papel del guía de escalada Rob Hall, “los seres humanos simplemente no estamos diseñados para funcionar a la altitud de crucero de un 747".
La mejor forma de combatir el mal de altura es la aclimatación o, como apunta un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU), tomar zumo de remolacha, eso sí, rico en nitrato. Este hace que los vasos sanguíneos se relajen y recobren la función normal que se pierde al ascender por una montaña.
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