miércoles, 13 de enero de 2016

Cuál es el origen del arte de la topiaria, el oficio de Eduardo Manostijeras




El oficio del protagonista de Eduardo Manostijeras, es decir, la decoración de jardines a base de recortar plantas, aparece documentado por primera vez en la Roma clásica. Plinio el Viejo lo detalla en su Historia natural, y su sobrino Plinio el Joven describe en una carta las figuras que daban forma a los arbustos de una villa toscana. El término deriva de topiarius, que, a partir del griego topos, designaba a los ‘creadores de lugares’ o jardineros ornamentales.
Como tantas otras herencias romanas, la topiaria resucitó en el Renacimiento italiano y enseguida se esparció por toda Europa, llenando de figuras geométricas y animales muchos jardines palaciegos. Punto culminante fueron las bolas y obeliscos con que André Le Nôtre moldeó parte de los jardines de Versalles en 1662. Al mismo tiempo, este arte se desarrolló en Asia, donde se trató más de estilizar la planta que de darle una forma específica, tal y como queda reflejado en los bonsáis japoneses o el penjing chino.

La Ilustración europea del siglo XVIII, en su empeño por buscar la razón y eliminar disfraces, significó la decadencia de la topiaria, que los autores de moda tacharon de artificial y frívola. Las plantas que sobrevivieron a esta decadencia, sin embargo, no tardaron en volver a ser admiradas en aras de la moda recuperada por las clases altas británicas del periodo victoriano. Las tendencias de los jardines ingleses, que añadían perfiles más redondeados e imaginativos a los patrones versallescos, serían las que se impondrían en el siglo XX en todo el mundo. Y hoy permanecen, a la vez que se da alas aún más libres a la fantasía a través de los años que se precisan para dar la forma deseada a las plantas habituales en este arte: boj, ciprés, hiedra, madreselvas, lantana, olivilla…

Son muchos los espacios públicos y privados donde admirar el arte de la topiaria. Destacados en Europa son numerosos jardines del Reino Unido, como Cliveden, Owlpen Manor, Levens Hall, Canons Ashby y Drummond Castle. En Francia, Versalles y Château de Villandry. En Italia, Villa Lante y Giardino Giusti. En Bélgica, Parc des Topiares. En España un buen ejemplo es el perro diseñado por Jeff Koons en el Museo Guggenheim de Bilbao y las figuras que decoran la calle principal de Losar de la Vera (Cáceres). En Norteamérica: Hunnewell Arboretum, Ladew Topiary Gardens o Green Animals. En el resto del planeta: Mosaiculture 2006 (China), Samban-Lei Sekpil (India), el cementerio de topiaria de Tulcán (Ecuador)… 
Te lo cuenta Miguel Mañueco en la revista Preguntas y Respuestas Nº. 35 de Muy Interesante.


No hay comentarios:

Publicar un comentario