Usar una botella de plástico cuatro o cinco días después de su primer uso no entraña riesgos, pero sí
puede tenerlos, sobre todo microbiológicos, cuando se usan durante más tiempo.
Los envases se van deteriorando poco a poco, y las rayas y grietas que aparecen
en el plástico se convierten en una ubicación perfecta para las bacterias. A no
ser que las lavemos con frecuencia, también pueden albergar microorganimos
procedentes de la boca, las manos o de los objetos con los que hayan estado en
contacto, informa la revista SALUDABLE n.º 6 de Muy Interesante.
Un trabajo publicado en el Canadian Journal of Public Health
que analizó 76 envases utilizados por estudiantes de primaria, encontró que dos
tercios tenían niveles de microbios que superaban los límites recomendados para
el agua potable.
Para la reutilización de las botellas de plástico se recomienda hacer como con los
utensilios de cocina: lavarlas después de cada uso. Los componentes con los que
están fabricadas, como el polietileno, no comportan riesgo alguno para la
salud, según la Unión Europea.
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