El ácido gástrico que sube por el esófago causando ardor
afecta al 10 % de la población y puede tener serios efectos negativos. Aprende
a combatirlo.
Cuando comemos, los alimentos recorren en apenas unos segundos
los 25 cm o 30 cm que forman el esófago, el tubo del aparato digestivo que
comunica la garganta con el estómago. Para entrar en este, deben flanquear el
esfínter esofágico inferior, un portón formado por un anillo de músculos cuya
función es impedir que la comida ingerida vuelva hacia atrás, explica el periodista de salud Francisco Cañizares en el reportaje La acidez de estómago que publica en el suplemento Vivir+sano de la revista Muy Interesante n.º 418 del mes de marzo. Pero a veces el
sistema falla, la válvula se relaja y el ácido gástrico encargado de
desintegrar los alimentos para que el intestino pueda asimilar los nutrientes
hace el recorrido inverso y produce una quemazón que sube hasta la laringe.
Casi todo el mundo ha tenido esa sensación alguna vez
después de comer mucho, e incluso el 10 % de la población la padece habitualmente. Cañizares ofrece diez cuestiones sobre el ardor estomagal que suelen preocupar a quienes padecen este mal, como si contribuyen al ardor –o reflujo gastroesofágico– ciertos alimentos o
medicamentos, si el agua y el bicarbonato aumentan la acidez, si lo empeora la ropa ajustada, el tabaco o la siesta, si es cosa de nervios o cuáles son sus efectos a largo plazo.
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