"La marihuana nunca ha producido una sobredosis”, asegura el psiquiatra Lester Grinspoon

Profesor emérito de Psiquiatría en la Escuela Médica de Harvard, en Boston (EE. UU.), Lester Grinspoon ha estudiado los efectos de la marihuana durante cuatro décadas. Estamos, dice, ante una revolución como la de la penicilina, confiesa a la periodista científica Joana Branco para el dossier Pros y contras del uso terapéutico de la marihuana que publica en la revista SALUD N.º 5 de Muy Interesante.  El doctor Grinspoon empezó a investigar el cannabis con la idea de confirmar sus efectos negativos en la salud. Sin embargo, con más de cuarenta años de experiencia como jefe de Psiquiatría en el Centro de Salud Mental de Massachusetts, en Boston, y después de publicar más de 140 artículos y una docena de libros sobre drogas ilegales, es uno los más acérrimos defensores de su utilidad medicinal y un activo defensor de la legalización. Con un 25% de THC –la mayor concentración que existe– la variedad de Cannabis sativa bautizada doctor Grinspoon es una de las más potentes del mercado. A continuación, puedes leer una parte de la entrevista que Branco hizo a el doctor Grinspoon. -Se involucró en este campo convencido de hallar un argumentario científico contra el cannabis. ¿Qué le hizo cambiar de opinión? -La primera vez que vi un cigarrillo de marihuana fue en casa de Carl Sagan. Éramos muy amigos y me preocupó que consumiera una sustancia nociva. Se lo dije, pero no me hizo ni caso. Nos movíamos en un ambiente de gente moderna y cultivada, incluso estaban presentes figuras importantes del mundo académico, y todos estaban convencidos de que era una sustancia inofensiva. Yo no conocía la información científica, solo sabía lo que me habían contado, pero ya había terminado la carrera, era un médico joven y, con la infinita arrogancia de la edad, creía que sabía todo sobre las drogas. Para demostrarles que se equivocaban, decidí hacer una revisión de la literatura científica. Fui hasta la biblioteca de la Escuela Médica de Harvard y me puse a leer todo lo que se había publicado sobre el tema. Al final del día no tenía dudas de que yo era el que iba desencaminado. -¿Qué descubrió exactamente? Que el cannabis no es nocivo. De hecho, es una droga notablemente libre de toxicidad. Nunca ha habido una muerte ni una sobredosis porque, sencillamente, es imposible. No se conoce un nivel tóxico, ya que las cantidades que se tendrían que consumir son tan elevadas que nunca se han podido medir. Fue fascinante. Yo estaba decidido a escribir un artículo para alertar sobre los peligros del consumo, en especial entre los jóvenes, y acabé dándome cuenta de que había creído la versión oficial de los hechos; una interpretación muy alejada de los datos científicos disponibles sobre los efectos de la planta.  -¿Qué hizo con toda la información que recabó investigando? Escribí un artículo de ochenta páginas que se publicó en el International Journal of Psychiatry. Por esas fechas creo que en todo el planeta leyeron mi trabajo no más de tres personas. Por suerte, una de ellas fue el editor del Scientific American. Me llamó y me pidió que sintetizara la información y la adaptara a su revista. Le dije que sí, y cuando se publicó el texto fue todo un éxito. Se vendían reimpresiones del artículo en Harvard Square. ¡Fue increíble! Luego escribí un libro completo sobre este tema. El primero de muchos otros. -Toda una vida dedicada al cannabis medicinal. ¿Por qué? Porque me quedé deslumbrado. Es una sustancia notable. Creo que para uso recreativo es la mejor droga que existe. No es peligrosa, no causa dependencia ni provoca resaca. Los riesgos, siempre y cuando hablemos de adultos, son mínimos, quizá con la excepción de personas con ciertos trastornos psiquiátricos. Como sustancia medicinal es algo sin parangón. Resulta extraordinaria, y estoy convencido de que algún día se verá como algo revolucionario, un poco como ocurrió con la penicilina en 1941. Estamos ante un medicamento que puede hacer cosas increíbles sin efectos secundarios relevantes.