Los expertos de la OMS aseguran que el tabaco es una de las mayores amenazas para la salud
pública que ha tenido que afrontar el mundo. El tabaquismo mata a casi seis millones de personas
al año, de las cuales más de cinco millones son consumidores directos y más de 600.000
son no fumadores expuestos al humo ajeno. Además, los consumidores de tabaco que mueren prematuramente privan
a sus familias de ingresos, aumentan el costo de la atención sanitaria y
dificultan el desarrollo económico.
El humo del tabaco contiene más de 4 000 productos
químicos, de los cuales se sabe que al menos 250 son nocivos, y más de 50
causan cáncer. Como señala Luis Muiño en el artículo Por qué es tan difícil dejar de fumar que publica en la revista SALUD Nº. 5 de MuyInteresante, estamos ante una sustancia –la nicotina– que engancha tanto como otras
drogas más temidas. De hecho, hay personas que las dejan, pero no consiguen
abandonar el tabaquismo. Stephen J. Heishman, profesor de la Universidad Johns
Hopkins, en Maryland (EE. UU.), recuerda que de cada tres personas que prueban
un cigarrillo, una se convierte en adicta, una proporción mayor que la de la
cocaína y la heroína.
Los fumadores se vuelven dependientes. Como recuerda
Heishman, solo uno de cada siete que intenta dejarlo lo consigue. Abandonar
esta droga supone pasar por síntomas de abstinencia: ansiedad, dificultad para
conciliar el sueño, irritabilidad… Por eso, según apunta el psicólogo Jaime
González, experto en la lucha contra el tabaquismo, “para renunciar al tabaco
hay que querer hacerlo. No importa si uno es o no consciente de las verdaderas
razones. Muchas veces, los motivos son un verdadero misterio incluso para la
persona que logra el objetivo”.
Suele decirse que teniendo un por qué ya tenemos un cómo,
pero, según advierte González, esto no es tan cierto en el caso del tabaco:
“Para desesperación de muchos, que haya razones claras puede no ser suficiente.
Hay personas que no lo han conseguido aún teniendo graves problemas de salud,
como un enfisema”. Los expertos recuerdan que la
adicción bioquímica que producen los componentes de un pitillo es más potente
de lo que creemos, pero no todo está perdido. Muiño, psicoterapéuta y divulgador científico, ofrece este plan 10 para quitarse del pitillo:
1.º Fija un día de comienzo. La intención de dejar el hábito
no basta, hay que plasmarla en el calendario.
2.º Comunica la decisión a todos. Comprometerse públicamente
es muy importante, y no solo con la familia y los amigos. Díselo a mucha gente.
Las personas que no te caen bien son las que más te azuzarán a cumplir con el
compromiso.
3.º Saca de tu vida todo el tabaco. Tira los cigarrillos que
tengas en casa y aléjate de los lugares y las relaciones asociados a su
consumo.
4.º Busca un método de apoyo. La nicotina crea adicción
bioquímica y no tiene sentido luchar contra ella sin ayuda. Consulta a un
profesional que podrá recomendarte parches, chicles o medicamentos.
5.º Aprende de los fallos anteriores. Revisa con detalle por
qué fracasaron los intentos previos y anticipa cuáles son tus puntos débiles.
6.º Haz una lista de sensaciones. Enumera qué cosas te
aportaban los cigarrillos y busca formas de seguir disfrutando de ellas. Por
ejemplo, reducir el estrés se puede lograr sin recurrir a una sustancia que es
probable que te acabe matando.
7.º Las cosas, por su nombre. Habla de todo lo relacionado
con el consumo con lenguaje claro: el tabaquismo es una adicción; la nicotina,
una droga; y el hábito, un asesino. Pasa de ser exfumador a no fumador, aunque
algunos te tachen de intolerante.
8.º Prémiate: te lo mereces. Ten preparada una serie de
refuerzos positivos para cada hito que logres: diez días sin fumar, un mes,
medio año...
9.º Más ejercicio y menos alcohol. Dejarlo es una revolución
bioquímica. Al poco tiempo empezarás a notar sensaciones saludables, el signo
de que estás en el buen camino.
10.º Un plan ante posibles recaídas. Abstente por completo y
alégrate si consigues abandonarlo a la primera. Pero prevé formas de seguir con
el programa de abstinencia en caso de que haya un tropiezo.
A mí lo único que me ha ayudado para dejar el tabaco ha sido mi vaporizador / cigarrillo electrónico. No explotan no son malos ni ninguna milonga de las que cuenta por ahí la televisión y los cuñados.
ResponderEliminarEs todo culpa de la mente y de haber adquirido un mal hábito pero que puedes olvidar con la suficiente fuerza de voluntad... A mi me vinieron de maravilla los chupa chups por ejemplo
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