jueves, 18 de febrero de 2016

Identifican una alteración bioquímica responsable de la resistencia de los tumores cerebrales más agresivos




Investigadores del Instituto de Neurociencias de la UAB (INc) han identificado la alteración bioquímica y molecular que provoca la resistencia a la radioterapia y la quimioterapia en el glioblastoma, el tumor cerebral más agresivo. El hallazgo podría permitir en un futuro diseñar nuevas terapias más eficaces.





El glioblastoma es la manifestación más agresiva de los tumores cerebrales, la segunda forma más común de cáncer infantil y que solo en España afecta a 3.500 personas cada año. Debido a la elevada capacidad invasiva y su crecimiento descontrolado infiltrativo, es un proceso canceroso especialmente difícil de combatir. Actualmente, el tratamiento establecido para los pacientes con estos tumores consiste en la combinación de cirugía (cuando es posible), radiación y quimioterapia. Esta terapia ha resultado ser parcialmente eficaz, pues ha permitido que la supervivencia global de los pacientes alcance los quince meses por término medio. Sin embargo, esta estratagema terapéutica sigue siendo ineficaz para erradicar completamente las células malignas y, por desgracia, las recurrencias son otro de los hechos característicos de este cáncer.

Un equipo de investigadores del Instituto de Neurociencias de la UAB, junto con los de otros centros catalanes, ha identificado una alteración molecular común en el glioblastoma. En efecto, los investigadores han observado que las células de este tipo de tumor albergan un defecto intrínseco común que consiste en una incapacidad para degradar su material genético durante la apoptosis, la forma más importante de muerte celular programada inducida por la radioterapia y por agentes quimioterapéuticos.

Este defecto está relacionado con la endonucleasa activada por caspasas (,DFF40 / CAD). Esta enzima, esencial para que la célula degrade su ADN durante el suicidio celular, aparece disminuida y localizada de manera incorrecta dentro de las células tumorales en comparación con las sanas. Los investigadores han observado que la sobreexpresión de la enzima permite a las células del glioblastoma degradar correctamente su contenido genómico, de acuerdo a lo que se espera de una muerte celular apoptótica.

La degradación del ADN durante la apoptosis es esencial para que la posterior eliminación de los restos celulares se produzca de forma correcta. De hecho, la falta de degradación y eliminación del material genético proveniente de células malignas podría acarrear consecuencias perjudiciales para el organismo, como el rebrote de nuevos procesos tumorales, a menudo más agresivos que el original.

A pesar de los esfuerzos realizados durante la última década, hasta ahora no se había encontrado ningún defecto genético ni bioquímico común en las células del glioblastoma. El descubrimiento, los bajos niveles de expresión de la enzima endonucleasa DFF40/CAD observados y la deficiencia para degradar y compactar de forma adecuada su material genético, constituyen un potencial marcador molecular en este tumor. Además, el hecho de que esta alteración se haya observado en todos los casos estudiados hace pensar en su posible relevancia de cara a entender la agresividad de este cáncer. Los investigadores esperan que estos nuevos resultados ayuden a entender mejor lo que está pasando en el interior del tumor y, tal vez, permitan diseñar en un futuro nuevas terapias más eficaces para esta enfermedad letal.


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