martes, 9 de febrero de 2016

¿La hipnosis puede matar?




Así parece, según los testimonios de algunos psiquiatras, como el alemán Richard von Krafft-Ebing (1840-1902). Este describió el caso de Ella Salamon, una mujer que en 1894 falleció en el transcurso de una sesión, “en medio de un llanto ronco”. En opinión de este experto, “no hay duda de que murió durante la hipnosis”. No obstante, la literatura médica apenas recoge un puñado de casos de muertes inducidas por ella. Los efectos secundarios de la hipnosis, por así decirlo, suelen consistir en leves mareos o una sensación de adormecimiento, según un estudio realizado en 1970 por la Universidad Estatal de California, en Fresno. Por el contrario, algunos investigadores señalan que ciertas prácticas relacionadas con ella sí pueden entrañar riesgos psicológicos.

Richard von Krafft-Ebing 
Como explica la criminóloga Janire Rámila en la revista Preguntas y Respuestas N.º 35 de Muy Interesante, en la denominada hipnosis regresiva, en la que el afectado pretende recordar vivencias de supuestas existencias pasadas, se da la posibilidad de que el hipnotizado acabe desarrollando un trastorno de personalidad múltiple. 

Otro de los peligros que a veces se asocia con este mismo ejercicio es que se implanten falsos recuerdos de acontecimientos que nunca han sucedido a la persona que se somete a él, o que incluso se le inculque la certeza de que las cosas que en teoría está recordando durante la sesión son ciertas, cuando posiblemente no lo sean.




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