Esta estación de investigación antártica británica se encuentra instalada sobre la barrera Brunt, una plataforma de hielo flotante de 130 metros de espesor situada en el mar de Weddell. Se trata de la primera instalación de este tipo totalmente recolocable, esto es, puede ser trasladada a donde uno quiera. Tal peculiaridad resulta muy útil, habida cuenta de que la base está plantada en una inmensa placa de hielo que se aleja de la costa para adentrarse en el mar. Esto hace que a medida que el hielo deja atrás el continente antártico, el riesgo de fractura aumenta. Por ello, los científicos de la estación hacen un seguimiento continuo del movimiento de la placa mediante un sistema de posicionamiento GPS denominado red de tiempo de vida de Halley.
La primera base se puso en funcionamiento en 1956, y su nombre honra al astrónomo Edmond Halley, descubridor del cometa que lleva su nombre. Hasta la fecha se han construido seis: las cuatro primeras están enterradas en la nieve y la quinta se levantó apoyada sobre placas de acero, que tenían que elevarse todos los años para impedir que acabara como sus predecesoras. Pero el movimiento de la plataforma de hielo la llevó lejos de la costa, y el temor a que se rompiera hizo que se abandonara. Por este motivo, la sexta se ha diseñado para poder ser transportada; tras cuatro años de construcción, se inauguró en febrero de 2013. Hoy la habitan entre catorce y setenta personas. Arriba, se detallan sus principales módulos y funcionamiento.
Te lo cuenta Miguel Ángel Sabadell en la sección Ciencia de la revista Preguntas y Respuestas Nº. 35 de Muy Interesante.
Vídeo de la base Halley VI:
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