Es habitual considerar que el
nacimiento del mito ovni tuvo lugar el 24 de junio de 1947, cuando Kenneth
Arnold, un piloto privado de Boise, en Idaho, sobrevolaba la cordillera de
las Cascadas, en el estado de Washington, y se encontró con nueve objetos
parecidos a una lente o, dicho de otro modo, como dos platos planos pegados
por su borde, uno mirando hacia arriba y otro, hacia abajo.
En su declaración, Arnold
dijo que eran muy brillantes y que saltaban como hace una piedra plana al
chocar en una trayectoria casi paralela al agua, que rebota, sube, avanza,
vuelve a caer rebotando, etc. Cuando llegó a su aeropuerto de destino,
comentó que parecían “platos voladores” y de allí surgió su primer nombre.
Aunque a muchos les pareció ridículo y trataron de hacerlo más serio
llamándolos ovnis. Durante décadas, estos objetos y quienes los ocupan han dado mucho de que hablar y, dicho sea de paso, ha enriquecido a más de un charlatán a través de sus libros, artículos pseudocientíficos, documentales y programas de televisión.
Pero ¿qué ha sido de los platillos
voladores? ¿Y de los encuentros en la tercera fase? Casi setenta años después de que el incidente de Roswell popularizara
el fenómeno ovni, aún no ha aparecido ni una prueba fidedigna de que existan. El periodista Félix Áres te pone al día en la evolución del fenómeno de los platillos volantes en el reportaje Expediente ovni que publica en el especial Se busca E. T. de la revista Muy Interesante.
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domingo, 24 de enero de 2016
Expediente OVNI: ¿qué ha sido de los platillos volantes?
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