jueves, 21 de enero de 2016

¿Qué aspecto tienen los extraterrestres?

A la hora de imaginarnos el aspecto de una criatura alienígena, los profanos en la materia tendemos a modelarla a nuestra imagen y semejanza, si es inteligente; o a la de los animales que más repulsa nos provocan. Pero ¿qué dicen los científicos al respecto?


Con aspecto de insecto, como una masa viscosa, con exoesqueleto, enanos cabezones de orejas puntiagudas... La ciencia ficción nos ha pintado a los extraterrestres de muy diferentes formas y tamaños. Pero ¿se puede predecir, con los conocimientos científicos que hoy poseemos, cómo serían los E.T. en realidad? Sin duda, es un complicado ejercicio de especulación científica. ¿Tendrán dos ojos o más? Nariz y boca seguramente, pues por algún lado deben introducir alimentos para mantenerse vivos y, quizá, tengan algo parecido a la respiración. Además, no es alocado suponer la existencia de un órgano capaz de reconocer sustancias volátiles u oler. También deberán tener manera de deshacerse de los productos sobrantes, es decir, una especie de ano. Más sencillo es establecer su posible altura, determinada por la gravedad del planeta. Por poner un ejemplo, ¿podrían existir en la Tierra los gigantes de los cuentos, diez o cien veces más grandes que un hombre?

No, y eso ya lo sabía Galileo. La naturaleza no puede hacer crecer un árbol ni construir un animal por encima de cierto tamaño con las mismas proporciones y materiales. La única forma de solucionar el problema es cambiar las proporciones relativas, porque, según descubrió Arquímedes, si aumentamos de tamaño un sólido cualquiera, su superficie crecerá al cuadrado de sus dimensiones –largo, ancho y alto–, y su volumen, al cubo. Dicho de otro modo, si multiplicamos por dos tu tamaño, la superficie total de tu piel se incrementará cuatro veces, y tu volumen, ocho. Así arranca el artículo de Miguel Ángel Sabadell Así sería E.T que publica en el especial que dedica Muy Interesante a la exobiología Se busca E. T.

Bípedo humanoide. Su piel refleja la radiación infrarroja 
y evacúa el exceso absorbido en forma de calor por la piel. 
Sus ojos ven en la franja ultravioleta para 
captar movimiento y matices.

Este entorno produciría criaturas ligeras, sin esqueleto, con los órganos
respiratorios en posición ventral. Planean sobre las grietas
por donde emana gas del subsuelo.

En un planeta con poca gravedad, serían eficientes criaturas 
como esta, de gran altura y poco peso. Cuerpo de segmentos huecos
neumáticos, 
sin huesos, con ventosas para adherirse al suelo
y moverse sobre el hielo sin quebrarlo.

La falta de luz podría dar lugar a este bípedo humanoide cuya piel emite
fosforescencia mediante simbiosis con plantas unicelulares similares a algas.
Vería en el espectro infrarrojo y detectaría el calor.

La evolución en un planeta afectado por una intensa gravedad 
daría lugar a este tipo de animal robusto y de piel coriácea.
Dispondría de tres pares de patas macizas para soportar su gran peso. 


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