En la revista Preguntas y Respuestas N.º 35 de Muy Interesante, Luis Muiño explica con argumentos psicobiológicos cuál es la mejor hora del día para practicar sexo. Como puedes comprobar, hay un factor que juega un papel clave: la edad.
Con 25 años: 15:00 horas. La poderosa libido que se
experimenta a esa edad hace sentir deseo a cualquier hora del día, pero a las
tres de la tarde el cuerpo alcanza su pico de energía. Hablando de los hábitos
sexuales de los veinteañeros, Paul Kelley, neurólogo experto en ritmos
circadianos de la Universidad de Oxford, afirma que con veinte uno siempre está
dispuesto, por lo que lo importante es encontrar el momento de coincidir con el
compañero de cama.
Con 30 años: 8:20 horas. La aparición de la luz del sol
aumenta los niveles de testosterona en hombres y mujeres mediante la
estimulación del hipotálamo, el área del cerebro que controla la secreción de
hormonas a través de la glándula pituitaria. A los treinta años, en general, la
gente madruga más que a los veinte, por lo que el momento del despertar con su
subidón hormonal resulta ideal para la cópula.
Con 40 años: 22:20 horas. El timing para hacer el amor
cambia a medida que uno se hace mayor. A los cuarenta, dice Kelley, esa hora de
la noche es muy conveniente porque es más fácil relajarse gracias a la
liberación de oxitocina. Además, el sexo antes de dormir facilita y mejora la
calidad del descanso. Es aconsejable no acostarse muy tarde para tener un sueño
reparador, ya que el cuerpo de un cuarentón se despierta más pronto.
Con 50 años: 21:00 horas. El final de la tarde o el inicio
de la noche es idóneo, porque a esta edad las mañanas suelen estar muy
ocupadas. Eso requiere, al que le guste tomar una copa para estimular la
libido, beber hacia las ocho de la tarde, ya que el hígado trabaja más despacio
y conviene procesar el alcohol antes de acostarse (temprano).
Con 60 años: 20:00 horas. Es la mejor hora para el amor de
los sesentones. Después del orgasmo, el cuerpo segrega oxitocina, la hormona
asociada al contacto físico. Más tarde, hacia las 22:00, empieza a funcionar la
melatonina, que regula el sueño, anunciando el momento para irse a dormir. Por
eso también se debe cenar temprano y ligero, ya que a los sesenta el organismo
empieza a activarse hacia las 6:30.
Con 70 años: 20:00 horas. Lo mismo que a los sesenta, a estas
edades el sexo al atardecer ayuda a relajarse y a prepararse para el sueño. Con
setenta o más años, lo normal es dormir menos profundamente y despertarse
varias veces a lo largo de la noche. Por eso, Kelley recomienda optimizar al
máximo posible el descanso si se quiere aprovechar bien el tiempo. Como dice
este experto británico, a medida que nos hacemos mayores también nos volvemos
más madrugadores y más diurnos. Con los años, cada vez nos gustan más la luz y
las mañanas.
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