Tic, tac, tic, tac... El
tiempo pasa y la reacción de los políticos de todo el mundo a la amenaza del
cambio climático está llena de buenas intenciones, acuerdos, compromisos y
proyectos ambiciosos, como ha quedado patente en la cumbre de París contra el
cambio climático que se celebró el pasado mes de diciembre y donde los
representantes de 195 países rubricaron, tras un intenso tira y afloja, el
acuerdo que sustituirá al fracasado Protocolo de Kioto. En palabras de
Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), vamos en la buena
dirección, pero a un ritmo muy lento. Tan irritantemente lento que quizá
seamos incapaces de cumplir el reto que nos hemos puesto: evitar que la
Tierra se caliente más allá de los dos grados de media en 2100. Si al final
sobrepasamos esta frontera, las consecuencias de la subida de la temperatura
global serán “absolutamente inmanejables”, según Figueres. Porque la
evidencia científica apunta que el planeta se está calentando. Y el 97 % de los
expertos coincide en señalar a un principal responsable: el ser humano. Solo
unos pocos disienten. Son los llamados negacionistas del cambio climático.
En la revista Muy Interesante del mes de enero, el periodista de medio ambiente y biodiversidad Javier Rico aborda los principales puntos de fricción en el debate, como son la disminución del hielo ártico y su repercusión sobre el clima, la influencia de nuestra estrella y su actividad –los rayos cósmicos– en el origen del calentamiento terrestre, la capacidad de los océanos para absorber tanto el calor como el dióxido de carbono de la atmósfera o los beneficiarios de un cambio climático.
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domingo, 10 de enero de 2016
Los negacionistas del cambio climático: ¡Aquí no pasa nada!
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