El oficio del protagonista de
Eduardo Manostijeras, es decir, la decoración de jardines a base de recortar
plantas, aparece documentado por primera vez en la Roma clásica. Plinio el
Viejo lo detalla en su Historia natural, y su sobrino Plinio el Joven
describe en una carta las figuras que daban forma a los arbustos de una villa
toscana. El término deriva de topiarius, que, a partir del griego topos,
designaba a los ‘creadores de lugares’ o jardineros ornamentales.
Como tantas otras herencias
romanas, la topiaria resucitó en el Renacimiento italiano y enseguida se
esparció por toda Europa, llenando de figuras geométricas y animales muchos
jardines palaciegos. Punto culminante fueron las bolas y obeliscos con que
André Le Nôtre moldeó parte de los jardines de Versalles en 1662. Al mismo
tiempo, este arte se desarrolló en Asia, donde se trató más de estilizar la
planta que de darle una forma específica, tal y como queda reflejado en los
bonsáis japoneses o el penjing chino.
La Ilustración europea del
siglo XVIII, en su empeño por buscar la razón y eliminar disfraces, significó
la decadencia de la topiaria, que los autores de moda tacharon de artificial
y frívola. Las plantas que sobrevivieron a esta decadencia, sin embargo, no
tardaron en volver a ser admiradas en aras de la moda recuperada por las
clases altas británicas del periodo victoriano. Las tendencias de los
jardines ingleses, que añadían perfiles más redondeados e imaginativos a los
patrones versallescos, serían las que se impondrían en el siglo XX en todo el
mundo. Y hoy permanecen, a la vez que se da alas aún más libres a la fantasía
a través de los años que se precisan para dar la forma deseada a las plantas
habituales en este arte: boj, ciprés, hiedra, madreselvas, lantana, olivilla…
Son muchos los espacios
públicos y privados donde admirar el arte de la topiaria. Destacados en
Europa son numerosos jardines del Reino Unido, como Cliveden, Owlpen Manor,
Levens Hall, Canons Ashby y Drummond Castle. En Francia, Versalles y Château
de Villandry. En Italia, Villa Lante y Giardino Giusti. En Bélgica, Parc des
Topiares. En España un buen ejemplo es el perro diseñado por Jeff Koons en el
Museo Guggenheim de Bilbao y las figuras que decoran la calle principal de
Losar de la Vera (Cáceres). En Norteamérica: Hunnewell Arboretum, Ladew
Topiary Gardens o Green Animals. En el resto del planeta: Mosaiculture 2006
(China), Samban-Lei Sekpil (India), el cementerio de topiaria de Tulcán
(Ecuador)…
Te lo cuenta Miguel Mañueco en la revista Preguntas y Respuestas Nº. 35 de Muy Interesante.
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miércoles, 13 de enero de 2016
Cuál es el origen del arte de la topiaria, el oficio de Eduardo Manostijeras
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