Un equipo internacional de científicos, en el que participa la Universidad de Granada, aporta nuevos datos sobre por qué el cáncer de mama afecta más y es más agresivo con las personas obesas.
Un grupo internacional de científicos, en el que participan investigadores de la Universidad de Granada, ha aportado nuevos datos sobre por qué el cáncer de mama afecta más y es más agresivo con las personas obesas. La razón es que la grasa peritumoral, es decir, la que rodea el tumor, facilita la expansión e invasión de las células madre cancerígenas (CMC), responsables del inicio el crecimiento de la masa tumoral.
Las CMC se encuentran en los tumores en muy bajo número, y
tienen como característica importante la formación de metástasis en sitios
diferentes al del tumor original. La quimioterapia y la radioterapia
convencionales no son capaces de destruir estas células madre, por lo que en
muchas ocasiones, tras una respuesta inicial al tratamiento, muchos pacientes con
cáncer tienen recaídas a causa de estas supercélulas.
Las consecuencias de la epidemia de la obesidad sobre la morbilidad del cáncer y la mortalidad son muy graves. De hecho, se calcula que en la actualidad hasta un 20% de las muertes por cáncer puede ser atribuible a la obesidad. Las mujeres con kilos de más muestran un mayor riesgo de cáncer mamario después de la menopausia y peor evolución de la enfermedad a cualquier edad, pero los mecanismos biológicos que establecen este vínculo no están todavía claros. La grasa en la obesidad da lugar a inflamación local y a la no maduración de las células que forman dicha grasa, los adipocitos.
En este estudio realizado en ratones, que publica el último número de la
prestigiosa revista Cancer Research, los científicos examinaron los
efectos del cultivo conjunto de células de la grasa (adipocitos) y células de
cáncer de mama, ambas obtenidas de los mismos pacientes, sobre la agresividad
tumoral, la capacidad de invasión local y la metástasis de dicho tumor. Los resultados indican que la
interacción que se produce a principios de la invasión del cáncer de mama,
entre las células tumorales y los adipocitos inmaduros cercanos al tumor,
induce una secreción aumentada de citoquinas o proteínas proinflamatorias. "Dichas citoquinas dan lugar a una mayor expansión de células madre
cancerígenas altamente metastásicas", explica el catedrático de la
UGR Juan Antonio Marchal Corrales, uno de los autores de este trabajo.
Vista al microscopio de adipocitos inmaduros |
Además, los investigadores han descrito el mecanismo mediante el cual se
lleva a cabo este proceso, que se relaciona con la activación de la proteína
kinasa SRC, que a su vez induce la activación del factor de transcripción Sox2.
Este resulta esencial para el mantenimiento de las características de las células
madre, y de una pequeña molécula de ARN denominada microARN-302b (miRNA-302b). "El
cultivo prolongado de células tumorales con los adipocitos inmaduros, o con
estas citoquinas, aumentó la proporción de CMC, que tenían una capacidad de
formar nuevos tumores, un incremento de células tumorales circulantes en sangre
y un mayor potencial metastásico tras su implantación en ratones”, señala
Marchal. Y añade: "Por último, encontramos que fármacos inhibidores de la proteína
kinasa SRC disminuyen la producción de citoquinas y de las CMCs."
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