Gracias a telescopios superpotentes e ingeniosas técnicas,
los astrofísicos no paran de detectar nuevos planetas fuera del Sistema Solar. Rocosos
o gaseosos, pequeños o gigantes, más o menos cercanos a su estrella, el reto
para la ciencia es averiguar en cuáles de esos exomundos hay vida o condiciones
para alojarla. Sin ir más lejos, en la Vía Láctea podría haber 11.000 millones de Tierras.
Se conoce como exoplanetas a todos aquellos descubiertos
fuera de nuestro sistema solar. Es difícil saber a ciencia cierta cuántos tipos
hay, ya que nos guiamos por los ejemplos que tenemos más cerca. Cuando
detectamos uno de gran tamaño y gaseoso, lo llamamos Júpiter gigante, y si es
rocoso y masivo, Supertierra.
Sin duda alguna, la familia planetaria que hay ahí fuera
debe ser inmensa. Hoy sabemos que tiene muchos más miembros de lo que creíamos,
y surgen nuevas preguntas. ¿Tienen atmósferas? ¿Cuál es su tamaño límite, si lo
hay? ¿Sus movimientos siguen las mismas normas que los de los planetas
conocidos? ¿Se forman de manera similar? ¿Tienen agua? ¿Los habrá habitables?
Estamos en camino de responder algunas de ellas, pero el paso inicial es dar
con estos mundos, y el reto no es fácil, como nos cuenta Natalia Ruiz Zelmanovitch en el
reportaje A la caza de otros mundos que aparece publicado en el extra Se busca
E.T. de la revista Muy Interesante.
En esta comparativa aparecen cinco planetas en zonas
potencialmente habitables del cosmos. Las siglas ESI en la segunda casilla
corresponden al índice de
similitud con la Tierra (Earth Similarity Index, en inglés). Su rango está
comprendido entre los valores 0 y 1, siendo 1 el valor de referencia de nuestro
planeta (radio, densidad, velocidad de escape y temperatura superficial):
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