domingo, 31 de enero de 2016

¿Dónde está el punto G en el hombre?




Como señala Luis Muiño en la revista Preguntas y Respuesta N.º 35 de Muy Interesante, se trata de la próstata, una glándula del tamaño de una nuez que se encuentra aproximadamente a cinco centímetros de la entrada del ano. Está rodeada de tejidos fibrosos y músculos, y participa en las erecciones, las eyaculaciones y el orgasmo. Por eso, en algunos hombres, su estimulación puede producir momentos de clímax muy placenteros.

Para estimular esa zona hay dos posibilidades. La primera es hacerlo desde fuera, masajeando el perineo, la zona que se encuentra entre los testículos y el ano. La segunda supone introducir un dedo lubricado en el ano y acariciar una especie de almendra que hay cerca de la entrada, en la pared posterior si el hombre está situado boca arriba con las piernas abiertas. Al acariciarla, toda el área irá dilatándose.

A pesar de que muchos hombres alcanzan sus orgasmos más placenteros a partir de la estimulación de esta zona, el tabú que rodea esa práctica sigue estando vigente. Por miedos homófobos o por pudor, muchos varones se niegan a experimentar con este lugar de la anatomía masculina. Para que la experiencia resulte placentera es necesaria la relajación y la desinhibición. Por eso, ese punto G de ellos permanece, en muchos casos, como una región inexplorada.

Además, está la cuestión de la pasividad: para numerosos hombres, sentirse penetrado se identifica con perder poder y fuerza. En su ensayo El sexo y el espanto, el escritor francés Pascal Quignard analiza, a partir del ejemplo de los frescos de Pompeya, el hecho de que desde la Antigüedad Clásica nuestra cultura divide la sexualidad en individuos activos y pasivos asociando ciertas características a unos y otros. Desterrar este falso prejuicio es otra de las labores de aquellos que quieran adentrarse en las delicias del punto G masculino.


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