Como nos cuenta la
divulgadora científica Elena Sanz en la revista Preguntas y Respuestas nº. 35
de Muy Interesante, los dientes primarios o de leche que dan trabajo al
Ratoncito Pérez son una veintena de piezas que desarrollamos durante la
infancia, antes de que la boca alcance el tamaño suficiente para albergar la
dentadura definitiva. Normalmente, los cuatro frontales son reemplazados en
torno a los seis años de edad, mientras que los caninos y los molares
permanecen hasta los diez o trece.
Sin embargo, si no hay
recambio, puede que alguno no se caiga. Llamada hipodoncia o agenesia dental,
esta anomalía congénita afecta a un 30 % de la población. Lo más habitual es
que falten muelas del juicio, aunque también puede afectar a los incisivos o
los premolares adultos. Muchos expertos lo atribuyen a alteraciones en la
formación de la lámina dental durante los procesos de crecimiento y
calcificación de los piños. Según otra teoría, anunciaría la disminución de
la dentadura del ser humano moderno, que, a la larga, se reducirá de los 32
dientes actuales a una veintena.
Poco común resulta también que
un niño venga al mundo ya con piezas dentales –llamadas entonces natales–,
algo que sucede en uno de cada 2.000 nacimientos. Dado que habitualmente no
desarrollan una raíz completa, se caen rápido, si bien suelen extraerse antes
para evitar que el bebé se los trague y se asfixie.
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miércoles, 20 de enero de 2016
¿Hay personas adultas con dientes de leche?
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