La belleza de la nieve es innegable en cualquiera de sus
manifestaciones, desde el modo en que caen los copos hasta los paisajes que surgen de ella. No
obstante, alcanza su máxima expresión a escala microscópica, en las delicadas formas
geométricas que adquieren los cristales de hielo que la integran.
Todo comienza en la atmósfera,
en el corazón de una fría nube. Es ahí donde arranca el complejo proceso
natural, relacionado con el crecimiento del hielo, que dará como resultado la
formación de los copos de nieve. En realidad, bajo la denominación genérica copo
de nieve podemos toparnos con muchas cosas, desde cristales individuales de
diversos tamaños hasta una especie de aglomerado constituido por varios de
ellos. Y es que, en su caída a través del aire, estas minúsculas estructuras
se encuentran sometidas a un constante zarandeo. Así, acaban adhiriéndose
unas a otras, lo que da como resultado los copos, cuyas dimensiones y
esponjosidad varían en función de las condiciones meteorológicas presentes
durante la nevada, explica el meteorólogos y divulgador científico José Miguel Viñas en su reportaje El microscosmos de la nieve que puedes leer en su totalidad en la revista Muy Interesante n.º 418 de marzo.
La génesis de esos
cristalitos sucede en el interior de las nubes, a temperaturas lo
suficientemente bajas como para que una parte de las gotitas de agua líquida
contenidas en ellas se congele y se formen los microscópicos embriones de
hielo sobre los que crecerán los citados cristales.
Eso sí, en la atmósfera, las
gotitas de agua líquida no se congelan de inmediato cuando la temperatura
desciende por debajo de 0 ºC. De hecho, pueden mantener su condición de
líquido –como agua subfundida o sobreenfriada– a temperaturas mucho más
bajas, de hasta -40 ºC. Ahora bien, la presencia en el aire de partículas
sólidas en suspensión, como polvo, esporas, sales marinas y polen, no solo
sirve de soporte físico a esas diminutas gotas, sino que favorece la
congelación de parte de ellas cuando rondan los -5 ºC.
En esas nubes frías,
coexisten gotitas de agua en estado líquido y congeladas. Es en ese ambiente
tan cargado de humedad –sobresaturado de vapor de agua– donde se inicia el
mecanismo de formación de la nieve. La cuestión es que las gotitas de agua
líquida tienden a evaporarse espontáneamente. El vapor de agua resultante se
incorpora a las que ya están congeladas, de modo que se convierten
directamente en hielo cuando entran en contacto con ellas. Este empieza así a
crecer, y comienzan a modelarse minúsculos prismas hexagonales, dice Viñas.
Estas figuras geométricas de
hielo microscópicas, que apenas miden unas décimas de milímetro de largo,
tienen siempre esa estructura debido a que esa es la forma que adoptan las
moléculas de agua en el hielo cuando se agrupan. Una vez que esos prismas
cristalinos se forman en el interior de la nube, crecen mediante un proceso
de ramificación, que puede experimentar variaciones en función de la
temperatura y el grado de sobresaturación de vapor de agua del aire que rodea
los cristales.
En esencia, la formación de
un tipo de copo de nieve u otro dependerá de cómo se combine ese par de
variables, tal como dedujo en los años 30 el profesor Ukichiro Nakaya
(1900-1962), de la Universidad de Hokkaido, en Japón. Para entender su
trabajo, primero debemos tener en cuenta que los cristales de nieve, aunque
suelen identificarse habitualmente con estrellitas, pueden adoptar multitud
de formas, como columnas, agujas y placas. Eso sí, todas ellas comparten una
estructura básica hexagonal. Esa es su principal seña de identidad. Un
crecimiento lento da lugar a formas más simples. Por el contrario, si es
rápido, aumenta la complejidad de los cristales de nieve, pues se produce en
ellos un mayor número de ramificaciones.
Nakaya fue el primero que los
cultivó, bajo condiciones controladas. Los principales resultados de sus
investigaciones se resumen en su famoso diagrama morfológico de la nieve, que
hemos reproducido en la página siguiente. En dicha figura aparecen los
distintos tipos de cristales de nieve que pueden formarse en función de la
humedad y del rango de temperaturas en que tiene lugar el proceso de
crecimiento.
Macrofotos de copos de nieve del fotógrafo ruso Valeriya Zvereva:
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miércoles, 9 de marzo de 2016
Así nacen y crecen los copos de nieve
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