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Al igual que muchas personas,
los perros y los gatos, por ejemplo, también se marean cuando viajan en un
vehículo, y no es raro que vomiten. Esto es más habitual en los cachorros e
individuos jóvenes, pues la estructura de su oído, responsable del
equilibrio, no está formada del todo. En ocasiones, esto hace que los canes,
en concreto, desarrollen un fuerte rechazo hacia un vehículo determinado,
pues lo relacionan con un malestar, explica Lucía Caballero en la revista Preguntas y Respuestas n.º 36 de Muy Interesante.
Los preparativos del viaje y
el cambio de entorno son también estresantes para las mascotas y, aunque
algunas son más sensibles que otras, incluso un corto desplazamiento puede
constituir un trastorno.
Si se trata
de un trayecto en avión, el problema puede ir a mayores: los animales deben
ir encerrados en su transportín correspondiente, junto con el equipaje.
Durante el aterrizaje y el despegue, a veces los contenedores sufren golpes y
los animales acaban magullados. Además, les inquietan los cambios de presión,
y quizá pasen demasiado frío o calor. Algunas compañías prohíben viajar a
animales con deficiencias respiratorias congénitas, como los bulldogs
ingleses y los gatos persas.
Por carretera, los perros se
suelen sentir menos mareados si miran hacia el frente en vez de por las
ventanillas. También existen cinturones y sedantes especiales para mascotas.
Vídeo: Eugene Bostick, un ferroviario retirado, ha
construido este minitrén con el que saca de paseo por su granja:
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Me ha hecho reír mucho la imagen con los dos perros de atrás, uno se lo pasa bien y el otro durmiendo jajaja. Yo cuando me voy de viaje prefiero acudir a algún servicio de transporte de mascotas para que así ambos lleguemos lo mejor posible
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