Parece a simple vista una
tendencia universal, aunque una investigación dirigida por las psicólogas
Oriana Aragon y Rebecca Dyer, de la Universidad de Yale, la ha cuantificado
experimentalmente. Lo que hicieron fue proyectar imágenes de niños adorables
y otras más neutrales, y pidieron a los participantes que aplastaran burbujas
de plástico mientras las veían. Así descubrieron que quienes contemplaban
tiernas criaturas se aplicaban con más esmero a su labor.
Lo que muestra el ensayo es
que esta necesidad es instintiva, programada en nuestros genes. Como cuenta
el filósofo Daniel Dennett en una divertida charla de la fundación TED
titulada Cute, sexy, sweet, funny, el hecho de que los niños resulten
visceralmente estrujables tiene un claro sentido evolutivo de conservación de
la especie. De hecho, Dennett afirma que las palabras cuco o mono nacieron
para definir lo que no podríamos experimentar con ningún otro cachorro de ser
vivo.No existe un sentimiento semejante al que nos suscita un niño, explica Luis Muiño en su sección de Psicología de la revista Preguntas y Respuestas n.º 36 de Muy Interesante.
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domingo, 13 de marzo de 2016
¿Por qué nos gusta achuchar a los niños?
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Buen dia, aqui en mi Tabasco Mexico, lo que ustedes llamam en el articulo "achuchar" nosotros le decimos "achechar" (el niño está checho)
ResponderEliminarBuen dia, aqui en mi Tabasco Mexico, lo que ustedes llamam en el articulo "achuchar" nosotros le decimos "achechar" (el niño está checho)
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