La batalla por la supervivencia es dura, muy dura. Letal. "En
la lucha por la supervivencia, el más fuerte gana a expensas de sus rivales
debido a que logra adaptarse mejor a su entorno ", afirmó Charles Darwin
en su obra El origen de las especies (1859). Puede ser duro de admitir, pero es
ley de la naturaleza, el pez más fuerte siempre se come al más débil. Y en
nuestro imaginario colectivo representamos al depredador como agresivo y
despiadado, frente a la víctima, desvalida e indefensa.
El artista con sede en
Chicago Alex Solís ha abordado este asunto desde una perspectiva personal,
tratando de representar el lado más dulce de los depredadores. "Todo el
mundo se compadece del lindo conejo o cordero. Pero ¿qué pasa con sus
depredadores, que trabajan duro llevarse algo a la boca? La captura de sus
presas es cuestión de vida o muerte para ellos, dice Solís sobre su serie sobre
El adorable círculo de la vida.
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