lunes, 21 de marzo de 2016

La sexta extinción masiva ya está aquí


En un futuro no muy lejano, muchos de las especies silvestres actuales solo
podrán ser contempladas en museos, como este holográfico ideado por
nuestro ilustrador Carlos Aguilera.

A lo largo de su historia, la Tierra ha sido azotada por cinco grandes extinciones masivas desatadas por causas naturales o cósmicas. Algunos expertos advierten de que hoy asistimos a la sexta, con un claro responsable: el ser humano.


Extinción es una palabra que suele evocar imágenes de tiranosaurios, velocirraptores o pterosaurios picudos y de anchas alas. Todos tenemos algunas nociones sobre la época en que estos gigantescos reptiles vagaron por el planeta y, en general, sentimos una fascinación casi morbosa por sus dientes y garras. Obviamente, todos sabemos también que ya no existen. Se extinguieron hace 65 millones de años, en el Cretácico, cuando una bola de fuego cruzó los cielos e impactó violentamente contra la superficie del planeta.

Esta fue la última pero no la peor de las grandes extinciones. Ese dudoso honor le corresponde a la que ocurrió hace 250 millones de años, en el Pérmico, tan masiva que se la conoce como la Gran Mortandad. Otras tres ocurrieron en distintos momentos, desde que hace 3.800 millones de años surgiera por primera vez la vida. Ahora, todo apunta a que asistimos en primera fila a la sexta gran extinción.
 Corría el año 1998 cuando una encuesta realizada por el Museo Estadounidense de Historia Natural de Nueva York hizo sonar por primera vez las alarmas. “La mayoría de los biólogos del país están convencidos de que está en marcha una extinción en masa de animales y plantas”, se podía leer a principios de abril de ese año en las páginas de The Washington Post. Según el museo, siete de cada diez biólogos afirmaban que una quinta parte de todas las especies vivas podría desaparecer en menos de tres décadas y que el ritmo de desaparición era mayor que en cualquier otro momento de la historia, cuenta Joana Branco en el artículo La sexta ya está aquí, que publica en la revista Muy Interesante n.º 419 del mes de abril.

Cualquiera imaginaría que, ante unas predicciones tan dramáticas, se tomarían decisiones políticas y sociales, pero no fue así. La encuesta solo contaba con la opinión de cuatrocientos expertos y no fueron pocos los que pusieron en tela de juicio las conclusiones. Sin datos sólidos que respaldaran el argumento de la extinción, el asunto cayó en el olvido, hasta que las cosas adquirieron un tinte bastante más grave. 

Hoy por hoy, el programa científico de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, auspiciado por Naciones Unidas, estima que se extinguen a diario entre 150 y 200 especies. Y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) afirma que están en peligro el 41% de los anfibios, el 33% de los corales, el 34% de las coníferas, el 25% de los mamíferos y el 13% de las aves. Pese a ello, aún se escriben artículos, como uno publicado en la revista Science en 2013, en los que se afirma que estos datos no son más que “estimaciones alarmistas”. 

Evaluar con rigor esta cuestión no es cosa fácil, explica Joana Branco, que señala en su reportaje las quince especies con menores probabilidades de supervivencia a día de hoy.  Incluso si se redoblaran los esfuerzos para proteger las especies amenazadas, es probable que algunas ya se encuentren más allá de cualquier posibilidad de salvación. Según un artículo publicado a principios del 2015 en la revista Current Biology, después de cuantificar la situación de 841 especies de vertebrados, los científicos llegaron a la conclusión de que las acciones necesarias para conservarlas obligarían a gastar 1.196 millones de euros por especie. “Un coste que puede parecer elevado”, señala Hugh Possingham, de la Universidad de Queensland y coautor del estudio. Pero que, “comparado con el gasto público en otros sectores – como el estadounidense en Defensa–, es una inversión menor”. Aun así, las posibilidades de éxito son bajas.

ANFIBIOS:

Salamandra Bay Lycian
1. Salamandra Bay Lycian (Lyciasalamandra billae), en Turquía.
2. Rana de árbol de Campo Grande (Hypsiboas dulcimer), en Brasil.
3. Perereca (Bokermannohyla izecksohni), en Brasil.
4. Rana enana de Santa Cruz (Physalaemus soaresi), en Brasil –en la imagen–.
5. Rana Pseudophilautus
zorro
, en Sri Lanka.
6. Allobates juanii, en Colombia.


AVES:

Petrel freira
7. Alondra de Ash (Mirafra ashi), en Somalia.
8. Monarca de Tahití (Pomarea nigra), en la Polinesia Francesa.
9. Petrel freira (Pterodroma madeira), en Madeira.
10. Petrel de Reunión (Pseudobulweria aterrima), en Reunión.
11. Pinzón de Wilkins (Nesospiza wilkinsi), en Tristán de Acuña.
12. Albatros de Ámsterdam (Diomedea amsterdamensis), en la isla de Ámsterdam –en la foto–.


MAMÍFEROS:

Tuza tropical


13. Ratón del monte Lefo (Lophuromys eisentrauti), en Camerún.
14. Rata escaladora de Chiapas (Tylomys bullaris), en México.
15. Tuza tropical (Geomys tropicalis), en México –en la foto–.





Puedes leer el reportaje completo en la revista Muy Interesante
del mes de abril.


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